Saltar al contenido

Cara Norte del Pico Bolivar

    Integrantes: Miharbi Hernandez, Juan Carlos Nuñez y David Rivas

    Itinerario:

    Dia 0 (19/09/2014): Valencia – Tabay
    Dia 1 (20/09/2014): Tabay – Mucunutan – Casa de Pedro Peña
    Dia 2 (21/09/2014): Casa de Pedro Peña – Pico Espejo
    Dia 3 (22/09/2014): Pico Espejo – Cara Norte Pico Bolivar – La Ventana (Vivac)
    Dia 4 (23/09/2014): La Ventana – Pico Espejo – Mérida

    3:30 am lista la foto, arrancamos a caminar, es tarde, debimos salir hace dos horas, David va molesto por esto, hasta palabras cruzamos, Juancho no encontraba un guante, en eso tardó mucho tiempo. Fueron solo 4 horas de sueño, antes de esto 12 horas de ascenso desde casa de Pedro Peña, ya van un palo de agua y dos nevadas hace años esto habría bastado para ni pensar en salir de la carpa.

    La montaña es para locos que se entienden entre ellos, sólo un puñado de locos entienden este masoquismo, aproximadamente seis meses entrenando con la cara norte del Bolívar en mente, revisando fotos, llamando a amigos, preguntando a conocidos, comprando equipos faltantes, es para David y para mí el segundo intento hace unos meses decidimos bajar de Pico Espejo sin atacar siquiera, en esa oportunidad Espejo nos recibió con vientos de aproximadamente 80 km/h, acampar fue difícil, una noche con algo más de medio litro de agua para ambos y sin poder cocinar, teníamos sólo una MSR que donde Pedro ya había mostrado botes de gasolina.

    Adrenalina a mil ya vamos bien encaminados, llegamos a Nido de Águilas en hora y media, la sierra nos muestra de los mejores paisajes que puede mostrar, ya tenemos rato con crampones la nieve a este punto está muy buena, nos enrumbamos directo al glaciar, la emoción del momento nos hizo dejar de momento la seguridad a un lado, progresamos muy rápido en libre los tres, en un punto medio antes del glaciar bajamos la velocidad para ir en asegurados, comienza una progresión lenta pero segura, hacemos reuniones cada vez que se puede y de esta manera continuamos todo nuestro recorrido. David es el primero en tocar glaciar norte, allí coloca dos tornillos y nos asegura, la inclinación va aumentando gradualmente, de esta misma manera la nieve cada vez está más blanda e inestable, estamos progresando por una lengüeta de nieve que se forma solo en invierno, el resto del tiempo esto es según entendemos por fotos y relatos de otras personas, una morrena lo que hace que sea más sencillo ir por el hielo, esto de ir por esta lengüeta estaba ya en los planes desde hace meses.

    Continuamos nuestro ascenso por la lengüeta, el último largo lo abro yo, no tardé mucho en notar que al final la lengüeta era solo una pared de nieve que se formaba por la nieve que caía de una saliente de hielo al final del glaciar, esto me hace buscar hacia la derecha hacia el glaciar nieve más sólida ya he avanzado como 20 metros la inclinación es de algo así como 80 grados regresar no era opción, avanzo con mucha calma, raspo nieve en la pared del glaciar coloco un tornillo, respiro, la aviso a David que mi situación para que estén a cubierto pues creo que en cualquier momento esta pared de nieve me dejaba colgando, solo un susto, avanzo hasta la saliente encuentro dos columnas pequeñas de hielo hago una reunión, y listo, algunas caídas de nieve y hielo pero en 15 min ya todos estábamos seguros en la reunión, solo quedan en ese momento calculando 3 largos por nieve, ya pasamos el glaciar. Termina la nieve, ya hace horas que la neblina solo nos deja ver a 20 metros de nosotros, nos ha nevado varias veces, y granizado, cada vez que puedo hablo con Juancho, está muy cansado, le recuerdo que a esto vinimos a hacer la norte, en invierno, que se enfoque y concentre, “toma agua” es algo que nos repetimos los tres durante todo el recorrido, cada uno lleva aproximadamente dos litros, geles, galletas, conservas.

    Termina la nieve, discutimos acerca de qué ruta tomar, la neblina no nos deja ver ninguno de los puntos de referencia que teníamos, decidimos progresar de memoria por las fotos que habíamos visto y en cada punto confirmábamos el uno con el otro, Juancho ha pasado a un modo automático, cada vez que puede se sienta, está muy cansado a este punto, no me alarma mucho, pues esto pasa muy comúnmente, yo mismo a este punto lo estoy, ya tenemos más de 15 horas despiertos y ya casi 13 atacando. David, abre dos largos seguidos por su instinto. Termino un segundo largo de roca ambos cortos y nada técnicos pero la humedad altura y cansancio para mi convirtieron estos 6a en 7b o algo así, llegando a una repisa veo un clavo muy antiguo que precede a una repisa donde veo un mojón, les grito a los muchachos “Créanlo o no acá hay un mojón”, por lo que deduzco que había una variante algo más sencilla pero continuo a este punto solo quiero llegar a la cresta y bajar.

    David termina de progresar hasta la cresta por la cantidad de rocas grandes sueltas sabíamos que ya estábamos muy cerca de la fila, Juancho está descompensado por completo, lo empezamos a mover asegurando en ambas puntas porque no lo vemos en condiciones para nada buenas. David me grita que ya estamos en la cresta, ya es de noche, tenemos rato, desde el último largo de escalada con las frontales encendidas, terminamos de llegar, mucha neblina, 15 metros de visión o menos, David y yo cansados pero buscando punto de referencia, no encontramos nada, no identificamos nada, Juancho habla de hacer un vivac y vomita, me dice que es segunda vez, y me hace caer en la realidad, con el así, no podemos bajar así estuviéramos ubicados, él no daba más y ya la hipotermia se le venía encima, hablo con David, él no quería que nos quedemos ahí, me habla de bajar, yo le hablo de que no se puede, empezamos a buscar donde, lo mejor que encontramos es una pared donde no soplaba nada viento. El tiempo pasó muy rápido estas primeras horas en la fila, de pronto ya eran las 10pm Juancho no quiere comer nada, no quiere tomar nada, todo lo que come y toma lo vomita, no deja de temblar, la situación para mí en lo particular es muy preocupante, nos cubrimos los mejor que podemos, para mí, es el primer vivac en alta montaña, tengo mucho frío pero estoy comiendo galletas, gel, y tomando papelón con limón, que fue con lo que me hidrate durante todo el día, mis pies muy fríos, muy incómodo, una situación en la que espero no volver a estar, pero a todas estas lo que más me preocupa y estoy seguro que a David, es Juancho, esto me lo confirma casi que al instante David dice, “Llamamos? Vamos a mover a toda mérida”, Respondo: “Vamos a esperar media hora a ver si agarra algo de ánimo, calor o algo” le respondo, fue lo último que le dije en ese momento.

    Creo no pasaron 5 min después de esta conversación cuando le digo que llame, el contacto lo cuadramos a través de Marco Castillo Grillet, nuestro amigo y compañero montañista, le informamos de la situación y le suministramos nuestra ubicación mediante coordenadas de GPS, esta eran W 07102.90 , N 08 32.443.

    Así pasó la noche, nevó por un rato, mucho frio obviamente, sin dormir, y tratando de mantener despierto a Juancho. Durante la madrugada e inicio de mañana recibimos llamadas de los cuerpos de rescate, bomberos, rescatistas, protección civil, todos nos pedían nuevamente la información, nunca nos movimos del sitio, siempre les repito la misma información, en algún momento agregué los signos vitales de Juancho, en mi registro de llamada quedaron 7 llamadas en el transcurso de la noche y mañana, desde la primera llamada informé que contaba con poca batería, nunca entendí por qué llamaron tantas veces a preguntar lo que ya sabían desde la noche anterior. Aproximadamente a las 9:30 am de la mañana del 23 Juancho nos dice que quiere orinar, se para y va, justo en ese momento nos dice que veamos algo, me acerco, por primera vez en más de 12 horas se despejo, veo la laguna de Timoncitos, llamo a David confirmamos y busco montarme en un picacho a la derecha de nuestra posición visto desde Mérida, ya sobre el picacho identificar el Vértigo y al otro lado el Bolívar, estábamos a menos de 30 metros de la reunión de la ventana de la comercial, justo en ese instante suena mi teléfono, atiendo, pero no escucho nada, de igual manera sabía que debía ser un cuerpo de rescate, solo me limito a decir “si me escuchan, estamos en la Ventana del Bolívar”, cuelgo la llamada he intento llamar a uno de los números que tenía registrado de los contactos previos, primero ocupado, luego muere el teléfono, bateria agotada.

    En ningún momento menosprecie la ayuda que se nos suministró por parte de los cuerpos de rescate, luego de perder contacto, ya sin batería, Juancho cada vez peor, y en vista de lo cerca que estábamos de la ventana, creo ni hablamos al respecto, no pasaron ni cinco minutos cuando ya estábamos asegurando a Juancho y trasladándonos a la Ventana para empezar a bajar. Pasaron dos horas más hasta estar en contacto con el primer rescatista, que contactamos al final de las escaleras de la Weiss, no podría describir el respiro que di en ese momento, para suerte destino o como sea era un conocido de Juancho y amigo de Guariguata, algo así le dijo él al pana “Epa tu eres Jose Ramon tu eres amigo de Edgar”. De resto bueno ya en Timoncitos y con apoyo de aproximadamente 10 rescatistas Juancho llega a Pico Espejo, donde le cambian la ropa, de abrigo y recibe las primeras atenciones médicas.

    Enterarme luego de toda la movilización de rescate fue algo extraño, para nada critico la labor de alguno de los rescatistas involucrados en la operación, como le dije a un grupo de ellos con los que compartí la última cabina de Pico Espejo hasta Barinitas, creo que los rescatistas son un grupo de gente que cumplen una labor Encomiable, que los mueve por encima de todo una Abnegación inigualable. Pero es imposible no analizar lo sucedido. En conversaciones posteriores ya en Mérida, con una pizza en una mesa y una cerveza en un vaso, nunca entendimos porque tantas llamadas, nunca entendimos porque se tergiverso tanto la información original, nunca entendimos por que la búsqueda se orientó a la cara norte cuando desde un inicio informamos que estábamos en la cresta, si pasamos coordenadas de GPS, si informamos altura 4850 msnm. En esta mesa junto a las pizzas se nos une un experto en la materia de rescate y conocedor de la sierra, al contar lo sucedido nos expone por que la búsqueda tuvo que hacerse desde un inicio por la comercial, y por qué era muy difícil que estuviéramos entre el Vértigo y la reina como se regó en cierta redes sociales, y mucho menos en el Vertiguito, picacho muy cercano a Pico Espejo.

    No soy experto, en realidad de logística de rescates no se nada, pero los incidentes en la sierra seguirán pasando mientras que la montaña esté ahí, y está ahí para ser escalada, esta ahí para retarnos cada vez que pueda, esto es una realidad que creo que el 99% de la gente simplemente no entiende, entonces hay dos opciones, o simplemente olvidamos por completo a este 1% que no puede vivir sin adrenalina, o hacemos procedimiento y estándares adecuados, la Sierra Nevada, si, es muy extensa, pero los lugares a donde va la mayoría son pocos, estos pocos sitios ya deberían tener procedimientos fijos, no me gustaría crear un conflicto de esto, pero escuché mucho esa tarde, y me dijo muy poco acerca de líneas de mando únicas, y decían mucho de búsqueda de protagonismo y foto.

    Es para mí muy difícil entender como para muchos montañismo no es más que ser llevado a sitios, a picos, ser llevados muchas veces de la mano, yo alguna vez pague un guia, y muchas veces fui guiado por amigos, pero en la mayoría de mis ascensos he ido a cuenta propia, el conocimiento en esta era siempre esta ahí, fotos, relatos, mapas, etc.

    Un montañista debe saberse valer por sí mismo, debe saber que hacer, y para esto más que equipos necesitan conocimientos, nunca está de más hacer cursos, esto es necesario, primeros auxilios, trabajo con cuerdas, escalada, alimentación, son muchos los conocimientos que se deben manejar. Varios rescatistas me preguntaron “por que no llevaban un guía?”, tengo más de 15 años viniendo a Mérida y la ciudad de Mérida la conozco en realidad muy poco, mis estancias en Mérida ciudad siempre son muy cortas, Plaza Tabay, terminal, Plaza Las Heroínas, Mucuy Alta, Culata, Los Nevados, Mucunutan, esos creo son mis lugares de Mérida por donde pase un carro donde más he estado, de resto es pateando una montaña, en sumatoria Juancho, David y yo hemos hecho aproximadamente 40 picos en Mérida, David y yo intentamos una vez las 5 Águilas de un tiro, hemos hecho picos en solitario, vivac de altura, conocemos la travesía de pie a cabeza, no puedo decir que toda la sierra porque no es así, pero si tenemos experiencia, muy buena experiencia en las rutas normales de los picos importantes de la sierra. Entonces luego de esta pregunta de estos rescatistas yo pienso todo esto y me pregunto “Necesitamos un guia?”, donde queda el deporte si nos limitamos a solo ser llevados de la mano? la investigación es parte de este deporte, si, pues el montañismo es un deporte, es más que turismo.

    Por: Miharbi Hernandez

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *